REVISTA TQV

El estudio realizado por Carbon Trust en 2011 sitúa a la industria textil como la segunda más contaminante del planeta, por detrás de la petrolífera: actualmente genera el 10% de las emisiones de CO2 (unas 1700 toneladas) y el 20% de las aguas residuales. ¿Por qué? Pues en primer lugar porque, durante el proceso de tejido del producto, se generan ácidos, vapores y aceites emanados por los productos de oxidación que se emplean.

Además, la maquinaria que se usa, habitualmente requiere combustibles fósiles para su funcionamiento, lo cual además del gasto energético, genera una gran cantidad de gases de efecto invernadero.

Al ser una industria básicamente deslocalizada, son muchos los kilómetros que separan los puntos de producción, distribución y venta, por lo que el transporte de las mercancías es imprescindible (más derroche de energía), afectando claramente a la sustentabilidad del transporte.

¿Eres fashionista de solo un momento?

Una vez que tenemos el producto en casa, llega su mantenimiento: lavado, secado y planchado que también suponen un gasto innecesario de energía con el uso intensivo de los electrodomésticos…

A ello hay que sumarle los productos químicos que se emplean en cada proceso y que frecuentemente no se reciclan adecuadamente. Recientemente he leído que esos tóxicos pueden ser «disruptores endocrinos» y afectar al sistema hormonal y reproductor, e incluso ser cancerígenos. ¿lo sabías? Es para ponerse a pensar, ¿no?

CANTIDAD VS CALIDAD

Hace unos años, en las tiendas de ropa encontrábamos únicamente dos temporadas: la de primavera-verano y la de otoño-invierno. Pero de un tiempo a para acá, las cosas han cambiado: ya no hay dos colecciones al año, sino pequeñas colecciones o avances de temporada un par de veces por semana. Es lo que se conoce como «Fast Fashion» o «Moda rápida».

Este planteamiento distorcionó por completo el concepto de “temporada”: lo que buscan es que nos vayamos a paso veloz por alguna de las tiendas (luz y climatización a tope) y pasemos tiempo comprando algo.

¿Qué marcas de calidad conoces?

¿O acaso no has ido al centro comercial de tu ciudad, a pasar la tarde, y has visto una camiseta muy bonita que te has llevado a casa porque «¡oh, qué barata!»? Pues esos pequeños gestos han tenido consecuencias devastadoras que nos han plantado en la insostenible situación en que nos encontramos ahora.

Y dirás: ¡Que exageración!. ¡Comprar una camiseta no nos va a llevar al fin del mundo!», y pues no, que no pasa nada por comprar una camiseta porque el problema está en dónde la compramos principalmente, cada cuánto y qué es lo que se esconde detrás de fabricar cada una de esas prendas. Por eso es siempre muy importante investigar sobre las marcas.

LA MODA EN NÚMEROS

¿Qué se necesita para producir cada prenda? Pues, por ejemplo, para fabricar unos vaqueros se necesitan unos 4,000 litros de agua, y, para confeccionar prendas de algodón, en torno a 10,000. Eso, sin olvidar el poliéster, uno de los materiales más utilizados en la confección de prendas, derivado del petróleo, y que inevitablemente acaba en la cadena trófica( cadena alimenticia)

De toda esa indumentaria que se crea, buena parte no se vende. La ropa no es como una cáscara de plátano o naranja que se pueda compostar y recuperar; con las prendas no vendidas, los fabricantes optan por la destrucción mediante la incineración, un proceso muy contaminante que libera toxinas en el aire. Cada año, miles de toneladas de ropa sin usar terminan incineradas.

FAST FASHION

De todas esas prendas que se crean, algunas se venden, claro. Pero se convierten en ropa de usar y tirar. ¿Por qué? Pues porque se estima que el uso medio de una prenda es de diez veces cuando lo ideal sería darle al menos 30 usos.

¿O acaso no hemos tirado alguna vez alguna prenda no porque estaba rota o en malas condiciones, sino porque no nos gustaba, nos habíamos cansado de ella o había pasado de moda? No nos damos cuenta, pero este nivel de deshecho y consumo tiene un gran impacto en el planeta.

Debemos aprender a comprar mejor, no más.

Y… ¿qué se puede hacer?

Y dirás«bueno, pero alguien habrá hecho algo, ¿no?» Y la respuesta es: sí.

Para intentar poner freno a esto, durante la cumbre del G7 en París, en agosto de 2019, 56 empresas del sector textil, firmaron el «Fashion Pact» o «Pacto de la moda», comprometiéndose a ser más respetuosos con el medio ambiente. Genial, ¿verdad?

& LAS PROPUESTAS

Algunas de ellas eran: no arrojar vertidos tóxicos al agua, usar energías renovables, menos plásticos y reducir las microfibras de materiales sintéticos y concienciar hacia el consumo sostenible. Para el 2025, la intención es emplear algodón, lino y poliéster orgánico, sostenible o reciclado, usar menos bolsas de plástico y promover el uso de las energías renovables de aquí a 2030.

¿Pero no les parece que las marcas nos quieren tomar el pelo? Porque a mí sí, y mucho. Una cosa es prometer y otra muy distinta llegar a cumplir.

Hasta que ese momento llegue y la industria de la moda sea realmente sostenible, ¿qué?

Pues la conciencia eres TÚ & TU CONSUMO.

con datos de: ecoticias.com