Lograr entablar una conversación con Luis Rebollar Chávez no es difícil, afable y dispuesto accede gustoso a la entrevista. La plática de pronto deja atrás lo meramente formal y profesional para adentrarse en la esencia de un hombre exitoso y lleno de vitalidad, pero sobre todo, de productividad.

Es un hombre que a sus 39 años ha logrado ser el director general de cuatro empresas: Conceptos en Productividad Empresarial, S.A. de C.V., CEPE Telecomunicaciones, S.A. de C.V., Marketing Verde S.A. de C.V., TQV mx, S.A. de C.V., además de ser Consejero y Vicepresidente de COPARMEX Metropolitano.

Luis Rebollar es lo que podemos llamar un verdadero Self Made, un joven de origen sencillo, más cerca de la labor agrícola en el vivero del pueblo, aún con la tierra en las uñas, decidió dejar el campo y partir a la ciudad bajo una premisa dada por su abuelo, quien, sin saberlo, en realidad le otorgaba su herencia más importante y base actual de Grupo CEPE: “El valor y la inteligencia del sentido común, de resolver de la manera más simple las cosas”.

Con estas ideas en la cabeza, Luis logró ingresar a su primer trabajo, una compañía de auditorías financieras, “yo me di cuenta de que en realidad había ahí un tema que era simple de resolver, pero que la gente que había estudiado siempre buscaba maneras complejas de resolverlos. A veces digo que hay personas que quieren contratar un cañón para matar una abeja”.

Luis, quien actualmente es licenciado en Comercio Internacional y tiene posgrado en Impuestos por la Universidad de UDEC, además de contar con un diplomado en Liderazgo Empresarial (IPADE), así como en Gestión Documental, Evolución de Negocios (DW New York, USA), desde un primer momento quiso implementar el valor y la inteligencia simple del sentido común, sin embargo, se enfrentó a muchos muros y así lo recuerda: “oye, yo tengo una idea’, y me contestaron con algo que yo detesto que me contesten, ‘primero aprende a caminar y luego a correr’, yo digo, ‘si tú puedes correr, corre’, con ello te puedes levantar y seguir corriendo”.

“Afortunadamente, en todas partes siempre existen personas que te escuchan y en esa auditoría financiera lo que buscaban eran desvíos de dinero con sus clientes. Hay veces que los proveedores le prometían una cosa y no se las cumplían, les daban un documento y no se cargaba, para mí la lógica fue simple, ‘el papel dice lo que debe de ser y el banco –o sea el dinero– dice lo que fue’, entonces, si nosotros digitalizábamos lo que debía de ser y lo conciliábamos contra lo que fue, encontraríamos las diferencias”.

“Lo que hice fue digitalizar todas las notas de cargo que tenían estas compañías con sus clientes, autorizadas por ellos, y ya que las digitalizamos capturamos el importe y con ese mismo número de esa nota de cargo fuimos al registro del banco que registra ese número y le decía, ‘¿de este número cuánto cargaste?’. Bueno, encontramos que hubo unas que se quedaron en el cajón del comprador, que nunca las subió al sistema, ésa fue una recuperación; después, en el sentido común le dije, ‘divide lo que debe de ser contra lo que fue y cuando te dé diez por ciento quiere decir que le faltó un cero’.

“De recuperar treinta millones se fue a ciento treinta millones de recuperación financiera con una idea simple. Dijeron, ‘bueno, creo que la idea fue muy buena’, y se empieza a digitalizar todo el proceso”.

Sin embargo, a la edad de 27 años, Luis no había concluido la preparatoria y la sentencia no tardó en llegar, “Luis, no puede evolucionar más porque no tiene ni preparatoria”, además, enamorado de una joven ejecutiva le comentó, “oye, me gustas” y ella le dijo, “hay una distancia profesional; si no te has dado cuenta, eso nos impide cualquier otra relación que no sea meramente de trabajo”.

“Bueno, esto y sobre todo lo segundo, me obligó a estudiar; terminé la preparatoria, la hice abierta, después fui a la universidad y me enamoré tanto de lo que estaba haciendo que llegué a dirigir uno de los proyectos más importantes de esa empresa.

“Llegó el tiempo de una preparación y en uno de esos viajes en Nueva York vi que era mucho más allá el tema de la digitalización, vi que podría darle grandes bene cios a los empresarios y empresas mexicanas y le dije a la compañía de auditoría, ‘oye, ya digitalizamos, ya sacamos esta cantidad de dinero de las desviaciones, ahora entrégale lo digitalizado al cliente’, la respuesta fue, ‘no’. Dije, ‘entonces véndeselo, es una herramienta muy importante, el documento es el testigo del dato, si sumamos el documento, haremos que tengan sistemas más potentes y podemos evolucionar la compañía’, la respuesta fue, ‘no’. Así que renuncié más o menos hace diez años y pusimos la compañía de digitalización”.

[blockquote text=»“La filosofía y valores se viven, se demuestran y con eso creas empatía para generar negocios”: Luis Rebollar» show_quote_icon=»yes»]

“La verdad que después de renunciar no fue fácil, tenía un sueldo bastante aceptable y llegué a cero otra vez. Entonces, fui a Canon para que me permitiera vender los escáneres porque sé el beneficio que dan; Canon en aquella época, hace ocho años, no vendía más que un escáner o dos escáneres al año. Los visité más de cinco veces y las cinco veces me dijeron que no porque yo no tenía dinero; por n uno de los directores me dio la oportunidad de empezar a distribuir los escáneres”.