Pero el uso de tierra y agua para producir tanto vegetales como carne no es lo único que nos está orillando a una crisis climática; el desperdicio de estos alimentos también está enfermando al planeta

Ciudad de México, 15 agosto de 2019.- Las actividades agropecuarias, que engloban tanto la agricultura como la ganadería, consumen la mayor cantidad de agua dulce, tanto en México como en el mundo

El país dispone aproximadamente del 0.1% del total de agua dulce disponible a nivel mundial. Anualmente, México tiene 471.5 mil millones de metros cúbicos de agua dulce renovable, por lo que está considerado como un país con baja disponibilidad de este recurso, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

De este total, la agricultura y la ganadería consumen el 76.3% del agua dulce disponible en el país. Pero la situación no es muy diferente alrededor del mundo, pues el promedio mundial es un consumo del 70% del agua en actividades agropecuarias.

Muy lejos del consumo del 76.3% del agua dulce en México, los otros ‘grandes’ consumidores son la industria y la generación de energía, con un 13%, (el promedio mundial es del 22%) y el uso doméstico, con un 10% (8% de promedio mundial).

Dada esta situación, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo un llamado en su más reciente informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) para cambiar inmediatamente la forma en que administramos la tierra y producimos alimentos, lo que implica también, la recomendación de comer menos carne para detener la crisis climática, pues la crianza de ganado genera el 14.5% de las emisiones de gases efecto invernadero, los cuales contribuyen a elevar la temperatura del planeta.

El uso de fertilizantes químicos, la deforestación, la agricultura intensiva y la crianza masiva de ganado han dañado a nivel mundial 2,000 millones de hectáreas de tierra, lo que acelera también el calentamiento global