Cuando hablamos de contaminación, fácilmente pensamos en la contaminación del aire a través los vehículos o las fábricas, residuos como plásticos o desechos de difícil descomposición, o incluso materiales tóxicos para el medio. Pero un acto tan cotidiano como el aseo personal a base de jabones y/o detergentes resulta altamente perjudicial para el planeta y parece que pasa más desapercibido que los nombrados anteriormente.

El jabón, lleva presente en nuestra historia desde años atrás, en los inicios, se realizaban de forma natural, con aceites naturales y plantas aromáticas que los dotaban de agradables olores. Con el paso del tiempo y la llegada de la industria, este tipo de producto se ha explotado hasta tal punto de que no solo se trata de un producto de primera necesidad, sino que las marcas lo han ido mutando hasta transformarlo en un producto más exclusivo.

es precisamente ahora, cuando empezamos a preguntarnos sobre el impacto de jabones y detergentes en nuestro planeta, cuando la fabricación de los mismos se encuentra en el punto más alto. El problema principal es claro, en su proceso de elaboración se desperdician y contaminan grandes cantidades de un recurso no renovable esencial para la existencia de la vida: el agua.

Hay que tener en cuenta una serie de puntos importantes que afectan al medioamabiente:

  • Biodegradabilidad. Los jabones con el Tensioactivo (sustancia de los jabones que causa perjuicios a la vida acuática) provoca una perdida del 90% de la tensión superficial del agua a los 28 días de ser vertido.
  • Eutrofización. Muchos detergentes convencionales utilizan fosfatos, fosfonatos o percarboxilatos como potenciadores. Estas sustancias actúan como fertilizantes de las algas, haciendo que se reproduzcan de forma masiva. Esto agota el oxígeno del agua, que deja de estar disponible para la fauna acuática (microbios y peces), además de generar malos olores y  causar desequilibrios muy graves en lagos y ríos.
  • Blanqueadores. Aunque ya casi no se utilizan blanqueadores en este tipo de productos, estos podían contener cloro u oxígeno. Uno de los principales problemas de la industria del cloro es que genera sustancias organocloradas, como dioxinas y furanos, que causan muchos problemas de salud como: disfunciones hormonales, malformaciones en el feto y cáncer, entre otros, y debido a que no se pueden metabolizar, se acumulan en los tejidos de los seres vivos.
  • Antibacteriales. Últimamente, muchos detergentes convencionales contienen agentes antibacteriales. No tienen ninguna utilidad práctica, y en cambio pueden causar problemas a la vida bacteriana acuática.
  •  Envasado. Aunque hay detergentes que se presentan en cajas de cartón, la tendencia es presentar los detergentes y jabones convencionales en envases  plásticos. Lo más habitual es usar varios tipos de plástico que no pueden separarse posteriormente, y por lo tanto tampoco se pueden reciclar. Esto resulta un grave problema para nuestro planeta.

Como veis es muy importante que todos tomemos consciencia de ello y empecemos a actuar pensando en el cuidado del planeta y de forma directa, en la nuestra propia supervivencia. Urge promover el uso de jabones y detergentes biodegradables, además de otras sustancias para la limpieza en general, que acaban desembocando en los drenajes, que a su vez llegan a los ríos y mares, causando grave contaminación de las aguas, lo cual amenaza la existencia de muchísimas especies.

Uno de los primeros pasos para contribuir a la reducción de la contaminación es ser conscientes de todo lo que contamina, que nos informemos y busquemos alternativas libres de residuos, que cada vez son más, pero todavía falta que le demos más protagonismo a todas ellas en nuestro día a día.

Con información de: Infovita