Solo en la región del Cerrado podrían cultivarse casi 18 millones de hectáreas de tierras de pastoreo degradadas. Esta es un área tres veces más grande de la que necesitará el sector durante la próxima década

 

Ciudad de México, 8 julio de 2019.- El primer mecanismo financiero del mundo en ofrecer bonos verdes para la producción sostenible de soya y maíz en Brasil se lanzó en la Semana de Acción por el Clima de Londres.

El Fondo de Materias Primas Responsables (Responsible Commodities Facility), presentado en la Bolsa de Valores de Londres, planea proporcionar líneas de crédito de bajo interés a los agricultores brasileños de soja y maíz que se comprometan a utilizar pastizales degradados y a evitar la tala de bosques y praderas nativas. Para los beneficiarios, la iniciativa ofrecerá un importante complemento a las líneas de crédito oficiales.

Se espera que el fondo proporcione 1.000 millones de dólares durante los próximos cuatro años para financiar la producción sostenible de más de 180 millones de toneladas de soya y maíz, por un valor aproximado de $ 43.000 millones de dólares durante la próxima década. La inversión contribuirá a los objetivos nacionales de expansión agrícola en tierras actualmente subutilizadas.

La primera emisión de bonos, de$ 300 millones de dólares, está prevista para la temporada de siembra de 2020.

El mecanismo financiero también contempla la protección o restauración de 1,5 millones de hectáreas de hábitat natural en el Cerrado o sabana de Brasil, lo que conllevaría a una reducción de emisiones estimada de 250 millones de toneladas de dióxido de carbono.

«La demanda global de soja no muestra signos de desaceleración y, como resultado, está conduciendo a una expansión continua de la frontera agrícola en Brasil», dijo Shaun Kingsbury, presidente de la firma Sustainable Investment Management, que administra el esquema financiero.

«Esta iniciativa ayudará a revertir la deforestación, reducir las emisiones de carbono y promover el cumplimiento de las leyes ambientales de Brasil», añadió Kingsbury.

Solo en la región del Cerrado podrían cultivarse casi 18 millones de hectáreas de tierras de pastoreo degradadas. Esta es un área tres veces más grande de la que necesitará el sector durante la próxima década.

Hacer un mayor uso de la tierra despejada también ayudaría a reducir las emisiones relacionadas con la deforestación para la agricultura, que en la actualidad es responsable de 51% de las emisiones de gases de efecto invernadero de Brasil (1.100 millones de toneladas de CO2 equivalente al año).

«Para enfrentar los efectos negativos del cambio climático y detener la dramática pérdida de biodiversidad que hemos presenciado en los últimos 30 años, debemos avanzar rápidamente hacia un sistema de producción alimentaria que no dependa de la eliminación de los bosques y los hábitats naturales», dijo Bruno Pozzi, director de la Oficina de ONU Medio Ambiente en Europa.

«ONU Medio Ambiente está apoyando este mecanismo porque es una forma innovadora de desbloquear el capital privado para abordar uno de los desafíos ambientales más importantes del siglo XXI, y al mismo tiempo generar empleos y crecimiento verde», agregó Pozzi.

Brasil se comprometió a reducir sus emisiones 43% para 2030. Casi 90% de esa disminución depende de frenar la deforestación, pero es poco probable que el objetivo se cumpla con los mecanismos financieros existentes.

«El Fondo de Materias Primas Responsables es una oportunidad para que el mercado garantice un aumento de la producción sin contribuir a la deforestación», dijo Pedro Moura Costa, director ejecutivo de Sustainable Investment Management.

«Esta combinación de herramientas financieras innovadoras, mayor transparencia y trazabilidad, y un esfuerzo centrado en el cumplimiento de directrices estrictas, tiene el potencial de acelerar el crecimiento de las materias primas responsables», añadió.

Para participar en la iniciativa, los productores serán examinados de acuerdo con criterios de elegibilidad basados en los compromisos de proteger la vegetación del Cerrado y cumplir la legislación nacional. El cumplimiento de estos requisitos será verificado de forma independiente por compañías externas, y supervisado por un comité ambiental de productores, compradores, ONG y organizaciones financieras.

Un registro de materias primas responsables llevará control de los volúmenes y la fuente de los productos, y dará seguimiento al cambio de propiedad de esos bienes a lo largo de la cadena de suministro.

«Hoy existe un consenso generalizado de que la producción agrícola en Brasil se puede lograr sin la necesidad de una mayor deforestación», dijo Greg Fishbein, Director de The Nature Conservancy.

«A pesar de la creciente demanda de productos sostenibles por parte de los consumidores, sigue existiendo la necesidad de crear incentivos para involucrar a los agricultores y comerciantes en la producción de materias primas responsables», agregó.

El mecanismo financiero se está creando con el respaldo del programa de Alianzas por los Bosques del Gobierno del Reino Unido, y cuenta con el apoyo de ONU Medio Ambiente para desarrollar marcos efectivos de gobernanza y monitoreo social y ambiental.

El esquema financiero apoya el Manifiesto del Cerrado, un llamado a reducir la deforestación a causa de la producción de soja, firmado por 50 organizaciones de la sociedad civil y cerca de 150 empresas de bienes de consumo.