Instituto para la Inversión de Morgan Stanley indica que 65% de los inversionistas individuales espera que la inversión sostenible aumente en los próximos años hasta los $11.5 billones en nueva capacidad de generación de energía eléctrica entre 2018 y 20501.

Por Redacción

Ciudad de México, 1 abril de 2019.- Uno de los mayores desafíos globales es lograr que el crecimiento económico vaya de la mano con la sostenibilidad ambiental, ¿cómo producir, innovar y alcanzar nuevos niveles de desarrollo sin contribuir al cambio climático o a la degradación del medio ambiente? Miles de empresas alrededor del mundo se preguntan lo mismo. Sin embargo, invertir en nuevas soluciones limpias es cada vez más rentable para las empresas, pues aquellas que están activamente implementando estrategias de lucha contra el cambio climático han obtenido hasta un 67% más de retorno sobre inversión.

El pronóstico indica que no se cumplirá con el Acuerdo de París, pues el sistema energético mundial debe sufrir una profunda transformación. Las tendencias de emisiones durante el último año, apuntan a que no se alcanzará ese objetivo, a pesar de que 195 países están luchando por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Los planes gubernamentales siguen estando muy lejos de satisfacer las necesidades de reducción de emisiones. Para que el mundo comience a cumplir los objetivos marcados en el Acuerdo, la energía renovable debe crecer a un ritmo seis veces mayor, es por esto, que las empresas son un jugador crucial.

La rentabilidad de la inversión de impacto reditúa de igual manera en mercados ricos como en los emergentes. Un reporte del Carbon Disclosure Project (CDP) reveló que las compañías que elaboran estrategias de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático tienen mejor rendimiento financiero que las que no asumen este liderazgo. El cambio climático toma un sentido financiero.

“Para los empresarios, cuidar el medio ambiente debe dejar de ser parte únicamente de programas de Responsabilidad Social y debe comenzar a formar parte integral de toda la cadena de producción. Adaptarse a las nuevas condiciones ambientales y tendencias económicas globales ha dejado de ser una opción. El mundo está en una carrera contra el tiempo para resolver la crisis climática” declaró Natalia Lever, Directora Regional de The Climate Reality Project para México y Latinoamérica.

Ahora más que nunca, los negocios sustentables son rentables y atractivos para el consumidor actual. En una encuesta global de Nielsen en 2015 se encontró que el 66% por ciento de los consumidores estaría de acuerdo en pagar más por productos de fuentes sostenibles, y la tendencia continúa a la alza. Por otra parte, el Instituto para la Inversión de Morgan Stanley indica que 65% de los inversionistas individuales espera que la inversión sostenible aumente en los próximos años hasta los $11.5 billones en nueva capacidad de generación de energía eléctrica entre 2018 y 20501. Morgan Stanley también concluyó que los inversionistas pertenecientes a la generación millennial tienen casi el doble de probabilidades de invertir en empresas o fondos que establecen como objetivo resultados sociales o ambientales específicos2.

Con el auge de las redes sociales, las empresas que no funcionan de forma responsable, quedan expuestas a la voluntad del consumidor. En ese sentido, dado que una parte creciente de la valoración de una empresa se vincula a su reputación de marca, desempeño social y ambiental, la inversión de impacto es más importante que nunca.

El costo de no tener esquemas de negocios sustentables es cada vez más alto y, en términos monetarios, las cifras de no tomar acciones concretas con esta finalidad son igual de grandes. Un ejemplo es la industria del plástico, la cual produce grandes cantidades todos los días pero no toman acciones sobre sus desechos ni de lo generado por terceros a partir de su producto, haciendo que la mayoría de sus productos termine en grandes cuerpos de agua sin la capacidad de biodegradarse en menos de 100 años.

Una economía circular, enfocada en el desperdicio y la reutilización, podría resultar en una ventaja competitiva y aumentar las ganancias sin dañar el medio ambiente. Hoy en día las empresas que incluyen innovación ecológica en sus productos o servicios como adopción de esta tendencia están creciendo a una tasa anual del 15% en comparación con sus competidores. Además, una empresa verde es más atractiva para los inversionistas y evita costos como consecuencia de los cambios en regulaciones. Por si fuera poco, los beneficios de volverse ecológico pueden incluir reducción de gastos por mayor aprovechamiento de los recursos, aumento en la motivación y moral de los empleados y una mejora en la percepción de confianza por parte de los clientes potenciales.

Revisar los procesos de producción y abastecimiento para volverlos amigables con el medio ambiente es una muestra de balance y adaptabilidad. Es fundamental avanzar hacia el futuro y no esperar a que las regulaciones o los consumidores lo demanden. Mayor interés por el medio ambiente concluirá en mayores ventas y recursos para seguir produciendo con el paso de los años. No sólo para las generaciones futuras, sino también para nuestro bienestar actual, necesitamos proponer soluciones y llevarlas a gobiernos, empresas e instituciones para alentarlos a adoptar políticas ambientales y energéticas más ambiciosas. El crecimiento económico y el cuidado ambiental no deben ser vistos como opuestos.

TRIVIA
Preguntas sugeridas:
1. ¿Cuál es el nombre del documental sobre cambio climático realizado por Al Gore?
2. ¿Dónde y cuándo es el siguiente entrenamiento climático impartido por The Climate Reality Project?